El aprendizaje requiere herramientas adecuadas

Imagine intentar sacar un tornillo sin un destornillador o clavar un clavo sin un martillo. Difícil… ¿verdad? Puede que logre hacerlo, pero será mucho más fácil y le tomará menos tiempo hacerlo con la herramienta adecuada.

Ahora imagine intentar una labor más complicada, como construir una mesa, arreglar un motor o montar una puerta. ¿Podría hacerlo solamente con el destornillador y el martillo? Por supuesto que no, ahora necesitará un conjunto de herramientas más especializadas y poderosas. Además, necesitará orientarse con un manual de instrucciones para completar la labor correctamente.

Para cada tarea que nos proponemos, en la casa o en el trabajo, reconocemos rápidamente la necesidad de hacernos de la herramienta adecuada para dicha tarea.

Sin embargo, para una de las principales tareas que enfrentamos en nuestra vida, y que nuestros hijos enfrentarán también, no solemos reconocer esta necesidad de conseguir la herramienta adecuada. Me refiero a la educación, al aprendizaje, sea que lo hacemos en una escuela o universidad o sea que lo hacemos por nuestra cuenta o como parte de nuestras responsabilidades profesionales.

Nosotros, y nuestros hijos en su momento, enfrentamos largas horas de estudio y enormes esfuerzos para conseguir nuestros propósitos en la vida y, sorprendentemente, lo hacemos con una actitud similar a la del que trata de sacar el tornillo sin destornillador, o al que trata de construir una casa solamente con un martillo. Tratamos de lograr el máximo, pero, ¿contamos con las herramientas adecuadas a la tarea?

Veamos algunos ejemplos que ilustran nuestro punto.

No importa cuál sea su área de estudio o de especialización profesional, la lectura es y será su principal fuente de información y adquisición de conocimientos. Sea que lee libros o manuales o páginas de internet y correos electrónicos, la lectura de los mismos le requiere muchas horas de su tiempo. Pero observe esta realidad: usted lee tal y como aprendió a leer en los primeros años de escuela elemental.

En nuestro sistema educativo, una vez que podemos leer en voz baja, se considera completada la enseñanza de la lectura como técnica y se procede a darle asignaciones de lectura y trabajar con tratar de mejorar la comprensión como si la misma estuviera desligada de la forma en que se lee. Pasan los años y seguimos leyendo de igual forma que cundo teníamos 6 ó 7 años.

¿Será adecuada, como herramienta, la forma de leer tal y como la aprendimos entre kinder y segundo grado cuando la aplicamos a nuestras necesidades de lectura actuales? ¿O será como intentar arreglar el motor del automóvil solamente con un destornillador?

Otro ejemplo. Es claro que nuestro esfuerzo y tiempo de estudio rendirá adecuadamente si disponemos de un buen método de estudio, con procedimientos de análisis claros y sistemáticos y un proceso de organización de la información adecuado y eficiente.

Ahora bien, ¿aprendió y usted o su hijo un método como ese en su escuela o universidad? ¿No será más cercano a su realidad el que no tiene tal método y que, más bien, cada vez que se enfrenta a un nuevo material decide qué hacer y trata de hacerlo sin la clara orientación que un método o sistema le brindaría? Al estudiar de esta manera, sin método ni sistema, ¿no será como tratar de montar un equipo complicado sin mirar las instrucciones?

Un ejemplo más. Sabemos que, aunque nuestra atención principal en el estudio debe estar dirigida a tratar de comprender y entender lo estudiado, si luego no podemos recordar adecuadamente lo estudiado, el esfuerzo habrá sido en vano. Al no tener un dominio de nuestra propia memoria, por carecer de métodos de memorización, la mayor parte del tiempo de estudio suele dedicarse a tratar e «embotellarse» por medio de la repetición el material, en vez de a comprenderlo.

Este es otro caso de herramientas inadecuadas. Repetir las cosas muchas veces es el más inefectivo método para memorizar. Sin embargo, nuestro sistema educativo, que requiere que recordemos el material para aprobar exámenes y para adelantar en las etapas o grados, no nos capacita con métodos efectivos para hacerlo.

El aprendizaje, como toda actividad nuestra y más aún, por ser la más importante en muchos sentidos, requiere de las herramientas adecuadas para llevarse a cabo.

Estas herramientas deben permitirnos hacer un uso óptimo de nuestro tiempo, mejorar nuestra capacidad de comprender y asimiliar la información y darnos la seguridad de que no vamos a perder nuestro tiempo olvidando lo estudiado.

En muchos años ofreciendo cursos para mejorar las técnicas de estudio, nos confrontamos con muchos estudiantes y profesionales que invierten cantidades enormes de tiempo y esfuerzo debido a que leen lento y con poca comprensión, no tienen un sistema de estudio correcto y no tienen otra manera de memorizar que no sea la «botella». En muchos casos, van consiguiendo sus metas a costa de largas horas de esfuerzo con métodos ineficientes. En otros casos, más lamentables, han abandonado sus metas ante lo casi imposible que les resulta avanzar.

No deje que la falta de herramientas o métodos adecuados retrase o impida su desarrollo y su aprendizaje o el de sus hijos. Busque en estos métodos la solución para completar la tarea en forma efectiva y satisfactoria.

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