¿Hay que leer siempre rápido?

Lo que la Lectura Veloz tiene que ver con conducir un carro

¿Hay que leer siempre rápido?Una de las preguntas más razonables que escucho cuando hablo sobre Lectura Veloz es:

“¿Hay que leer siempre a toda velocidad?”

La duda tiene sentido. Muchas personas asocian leer despacio con disfrutar más, y leer rápido con perder detalles. Pero en realidad, la comparación más acertada no tiene que ver con correr, sino con conducir.


️ Dos carros, dos formas de avanzar

Imagina dos carros: uno viejo y lento, y otro nuevo y deportivo.

En una calle residencial, ambos van a 20 millas por hora.
En una avenida, pueden avanzar a 35 millas por hora.

Hasta aquí no hay mucha diferencia…
Pero cuando llegan a la autopista, el carro viejo alcanza su límite a 50 mph,
mientras que el deportivo puede ir cómodamente a 65 mph.

Y si surge una emergencia, el viejo se queda en 50,
mientras el nuevo puede subir a 80 o 90 mph sin esfuerzo.

¿Ves la diferencia?
El carro nuevo tiene más rango. Puede ir lento cuando hace falta,
pero también puede acelerar con control cuando el camino lo permite.


Leer con control, no con prisa

Así funciona la Lectura Veloz.
No se trata de leer rápido todo el tiempo,
sino de tener la capacidad de ajustar la velocidad según el tipo de texto y el propósito de la lectura.

Y es importante aclararlo: leer rápido sin la técnica correcta no es Lectura Veloz.
Eso sería “leer como el papagayo”: pronunciar más rápido, pero sin comprender.

La diferencia está en la técnica.
Un lector entrenado no repite palabras ni se distrae con cada frase;
aprende a reducir los movimientos innecesarios de los ojos, enfocar la mente y captar más con menos esfuerzo.

En otras palabras, la Lectura Veloz no sacrifica comprensión por velocidad,
sino que une ambas cosas para lograr una lectura más ágil, consciente y eficaz.


El verdadero propósito de la Lectura Veloz

La meta no es “leer más rápido” por sí misma.
La meta es leer mejor, con más comprensión, más atención y más flexibilidad.
Un buen lector no se mide en palabras por minuto,
sino en capacidad para adaptarse a cada situación.

Por eso, la Lectura Veloz no elimina el disfrute,
sino que amplía las posibilidades:
te permite disfrutar cuando quieres, y avanzar cuando lo necesitas.


En resumen

“El lector eficaz no pisa siempre el acelerador,
pero sabe hacerlo cuando el camino lo permite.”

La Lectura Veloz no es una carrera.
Es el arte de conducir tu mente con soltura,
para llegar más lejos, sin perder el gusto por el viaje.


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